Born This Way


Nacemos con un camino descrito.

Frecuentemente, nos apartamos de él, porqué está lleno de piedras, nos apartamos, porqué el camino que la vida nos fija, no nos gusta, no es el que queremos y luchamos con todas nuestras fuerzas contra él.

Damos rodeos, volvemos hacia atrás, tomamos senderos, cualquier opción nos parece mejor que ello. Nos emperramos que somos dueños de nuestro futuro, que sólo nosotros somos capaces de alterarlo, de modificarlo a nuestro antojo.

Pero que sucedería si eso no fuera así?, si cada paso dado, cada acto, cada acción estuviera previamente descrita en algún lugar?.

Destino, karma, llamarlo cómo queráis, pero cada vez me doy más cuenta, que la libertad que disfrutamos, que tanto nos llena la boca, en realidad es sólo un reflejo de lo que debiera.

Nacemos, cómo nacemos, de una determinada forma física, con un determinado chi, y eso es inquebrantable, por mucho que no nos guste.

Podemos patelear contra el mundo, odiarnos por lo que somos, negarnos a nosotros mismos, per o tarde o temprano, el camino que tanto queremos evitar, se impondrá en toda su esplendor y tan sólo hemos de tener un poco de suerte, para que no esté lleno de rocas afiladas.

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La Cuerda


Si no tiráis todos juntos de la cuerda, si cada uno tira hacia su lado, nunca lograréis nada.

Ahora ya ni tan sólo me molesto en tirar, estoy agotado.

Razones?, desmotivación, poca compensación reflejada en dónde corresponde… tengo presente que cada vez significo menos, que cada vez soy más prescindible y entonces para que voy a molestarme en tirar?

Supongo que todo se resume, en un cambio, un cambio radical.

Es extraño, porqué ahora mismo me siento completamente diferente a lo que era anteriormente… quizá porque antes me bastaba en no pensar demasiado, quizá porque me bastaba en simplemente ir hacia delante, pero ahora, cuando todas las puertas se cierran, cuando todos mis deseos no se cumplen, porque mis frustraciones se hacen mayores, y tremendamente agotadoras, ahora me miro en el espejo y no me reconozco.

Tengo la sensación que me encuentro lejos de la acción. Que todo ocurre cómo en un videojuego, alejado de la vida real.

Cuando te tiran al suelo, te levantas, tantas veces cómo sean necesarias, pero ésta vez, voy a hacer el remolón, me voy a quedar ahí, quietecito por primera vez, para ver qué ocurre cuando no me pongo en pie. Voy a observar el mundo desde abajo, cuando no hay nadie quien lo haga girar.

Mi cabeza, no está en la cuerda, porqué está mellada, quema y está a punto de romperse y es culpa vuestra.

Ahora, dejaré a un lado esa cuerda con espinas y tiraré de otra cuerda, hacia mí, bien fuerte con energías renovadas, quizá y sólo quizá, por una vez actuaré cómo creéis que hago, por primera vez, no tiraré para vosotros sino que tiraré para mí, para mi futuro, para mi éxito, pero sobretodo, para mi felicidad.


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Death like me


Odio los funerales.

Está claro, que a nadie le gustan los funerales, ya que de ser así, tendría un serio problema.

Los odio, por lo que te hacen sentir, los odio, por cómo me termino sintiendo luego.
Hace tiempo leí, que el ser humano necesitaba del ritual del entierro para asumir la pérdida de dicha persona, que formaba parte del proceso de asimilación.

No lo entiendo. Nunca he entendido, cómo se puede superar a una persona.

Siempre he sentido, que no debería poder perder ni un ápice del dolor por esa pérdida, que nada debería permitir jamás olvidar esa persona, porqué, superarla, implica eso. Si, se me dirá que no es así, que esa persona sigue en tus recuerdos, los más místicos o creyentes dirán que siguen a tu lado, apoyándote en tus decisiones, ayudándote en los momentos difíciles.

Pero no es así.

No siguen ahí. No están a tu lado para ayudar a levantarte. No están ahí cuando sufres por qué no los sientes, cuando lloras por qué no logras comprender porqué no responden cuando les llamas, y cualquiera que haya perdido a alguien importante en su vida sabrá de lo que hablo.

Hemos de seguir hacia delante, si más no, es lo que siempre te dirán en los entierros y joder, cómo odio esas palabras, porqué y aun a sabiendas que siempre se dicen de la más buena voluntad, lo cierto es que me repatean cada vez que las escucho.

Odio, la parafernalia del entierro. De la gente que acude, porqué es lo que se tiene que hacer, de dar el sentido pésame y las dichosas octavillas llenas de cruces, porqué, a excepción de las víctimas colaterales de la pérdida, ninguno de ellos sabe o podrá entender, lo que realmente se siente, porqué, un entierro no es el lugar de los reencuentros y de conversaciones de bar, sino y siempre desde mi entender, el último homenaje a la víctima y el apoyo obvio a la familia. Apoyo, que no nace es estar simplemente ahí, nace en estar ahí los días venideros, los días en que se levanten y vivan la pérdida, cuando se despierten solos, con el cojín empapado de lágrimas.

Jamás se inventaran las palabras perfectas que ayuden a esa persona a superar dicho calvario, no nos esforcemos, no existe nada en el mundo, que alivie el tremendo dolor que puede sacudir el alma de la muerte de alguien cercano, así, que no lo intentemos con vagas palabras, porqué a veces, es mejor un simple abrazo, que unas estúpidas palabras.

En fin, siempre he pensado en mí entierro, en cómo me gustaría que fuese (que espeluznante lo reconozco XD) y partiendo que jamás quería ser enterrado sino incinerado siempre he deseado en que fuera una auténtica fiesta, dónde la gente riese, que aunque fueran pocos, estuvieran solamente aquellos que me importaron y a los que realmente marqué algo en sus vidas y me encantaría que sonara a todo trapo la canción del video.

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Fucking Perfect


Llega un día en que te despiertas y te das cuenta, que jamás podrás ser lo que antaño te propusiste.

Creíste, iluso de ti, que podrías ser todo aquello que el mundo esperaba de ti.
Lo intentaste, vaya si lo hiciste, hasta ver sangrar tus heridas, hasta abandonarte completamente a la vida que creíste que te había sido marcada.

Entonces, enfangado hasta las rodillas, con las manos rotas y sin fuerzas, te levantas nuevamente del suelo que tantas veces te ha acogido y entiendes, que ya nada importa, que no lograrás ser esa persona perfecta que todo el mundo desea.

Lleno de imperfecciones, errando y sin saber por dónde seguir, vislumbras que simplemente debes dejarte llevar hacia delante, hacia dónde la vida te lleve y no dónde creías que debías ir.

Sonríes por primera vez en mucho tiempo y dejar atrás las largas noches de insomnio porque entiendes, que las cosas, no siempre están bien, a pesar de las apariencias y porqué entiendes, que la vida te pertenece solamente a ti, eres quién la doma, quién la vive y únicamente quien la sufre.

A pesar de todo el daño sufrido, de las puñaladas que te han sido dadas y todas las patadas, sigues hacia delante, porqué eres jodidamente perfecto y ahora ya nadie te lo va a arrebatar.

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